La escalada en los precios de los combustibles y los alimentos ocurre en el contexto de una inflación que afecta a todo el mundo, impulsada principalmente por la guerra en Ucrania y los efectos económicos consecuencia de la pandemia de Covid-19.
Tanto se ha disparado el valor de los alimentos en el mundo que organismos internacionales han advertido sobre un aumento del hambre en los países más pobres. Para nadie es un secreto el aumento a nivel global de los precios en las materias primas alimenticias. En España los precios del aceite han aumentado un 56%, mientras que los cereales se han encarecido un 17%, los lácteos y huevos, un 16%, y la carne, un 10%, según el Banco de España.
Esta misma entidad, manifiesta que la evolución futura de los precios de los alimentos está sujeta a una “incertidumbre elevada” la continuación del conflicto seguirá ejerciendo fuerza en el alza de los precios. Este aumento se debe principalmente a los precios de la energía y de los fertilizantes, que son dos suministros vitales en los procesos de producción de las actividades agrícolas.
Con la guerra el suministro ha bajado a niveles mínimos, un problema que se suma a la decreciente producción de los últimos años que ya tenía al mercado en déficit. La situación es compleja porque el aumento actual de los precios, va más allá de las sequías y la ola de calor que golpea a gran parte de los países de la Unión Europea.
Desde Isacura Asociados, te recomendamos que la próxima vez que vayas a hacer la compra añadas más productos no perecederos como, por ejemplo: aceite, harinas, trigo, soya, cereales, pasta y así vas previendo un ahorro para cuando los precios se vuelvan a disparar estés preparado.