Los candidatos ignoran las políticas sobre menores no acompañados que sí incluyen sus programas
JAVIER MARTÍN-ARROYO | El Pais
Una Andalucía con dos millones de musulmanes, donde las periodistas llevan velo y en la que La Mezquita de Córdoba y la Giralda de Sevilla son cedidas al culto islámico gracias a un acuerdo firmado por la presidenta de la Junta, Susana Díaz, a expensas del presidente de España, Pablo Iglesias. Así proyecta el futuro de esta comunidad en 2018, Vox, en un vídeo electoral lanzado a comienzos de la campaña y que se ha hecho viral. “Son una invasión que viene a sustituirnos”, es una de las frases recurrentes que los líderes del partido de extrema derecha están repitiendo en sus mítines. “No hay sitio para los todos los que quieran venir a España”; “Aquí no hay ablación de clítoris, aquí no se matan los carneros en casa y aquí no hay problema de seguridad ciudadana”, son algunas de las declaraciones que ha emitido el presidente del PP, Pablo Casada, a lo largo de su caravana electoral.
Estos mensajes en los que se presenta la inmigración como una amenaza a los “valores de occidente” y se vincula la llegada de quienes cruzan el estrecho con el aumento de la inseguridad son los únicos que sobre el drama migratorio se han lanzado durante la campaña electoral. El resto de las formaciones políticas no ha hecho apenas alusión a este fenómeno que en lo que va de año se ha convertido en uno de los principales problemas de Andalucía. “Estamos muy decepcionados con la poca visibilidad de la migración. Pudiera parecer que como es un asunto de competencia eminentemente nacional, los partidos lo aprovechen para inhibirse, pero todo el tema de menores no acompañados sí pertenece a la esfera autonómica, y no se ha hablado nada”, se lamenta Javier Cuenca, director de Save The Children en Andalucía.